La
trilogía Jurassic Park es una de las franquicias más grandes de todos los
tiempos. Nos introdujo a un mundo donde los dinosaurios caminaban entre
nosotros, y donde las interacciones entre especies tan distintas eran tan
simples como la idea de un parque de atracciones. Pero más allá de las
ganancias económicas que este escenario hipotético podrían generar, Hay una
gran cuestión moral en todo esto. La clonación y producción en masa de
dinosaurios, y de ADN en general, podría ser posible, pero ¿es aceptable? ¿Es
correcto revivir una especie extinguida hace 65 millones de años? ¿Y si lo
fuera, debería ser utilizado como un parque de atracciones, como una feria
mundial?
En
la película de 1993, la primera de tres, el genetista Dr. Henry Wu es el
responsable de la creación de estos dinosaurios, genéticamente modificados con
ADN de tortugas y lagartos varios. El Dr. Alan Grant, el protagonista, parece
sentirse confundido y escéptico frente a las capacidades que semejante mezcla
genera en los dinosaurios. Después de que Wu le explica que todo proceso
genético es cuidadosamente monitoreado, Grant y el resto de los invitados del
Sr. Hammond continúan con la visita, siguiendo un tour completamente
automatizado por el parque.
Dentro de
este contexto, la película presenta dos fuertes posturas, ejemplificadas en dos
personas: la que defiende la existencia sobrenatural de los dinosaurios en el
s. XX, y que proclama que esta es un beneficio para la humanidad, una ventana
hacia el pasado que nos puede ayudar a entender mejor el proceso evolutivo de
los seres vivos. Los dinosaurios merecen una oportunidad en el mundo actual, y
es el deber de hombres de ciencia, como el Dr. Grant, y hombres de negocios,
como el Sr. Hammond, de preservar este legado.
La segunda
postura se presenta en la forma de Ian Malcolm, un matemático que desecha
inmediatamente la idea de abrir el parque al público, y también la gestación de
otras especies de dinosaurios. Dentro de la película, explica que los
dinosaurios ya tuvieron su lugar, determinado de forma natural por la evolución
hace millones de años. Explica que los dinosaurios estuvieron extintos por
años, y de pronto se ven inmersos en el ajetreado mundo de fines de milenio. Al
ser animales guiados únicamente por instinto, no hay manera de predecir
patrones de comportamiento, y las consecuencias de tener semejantes animales,
depredadores por naturaleza, en espacios tan cerrados como una jaula espaciosa,
pueden ser catastróficas.
Entonces, ¿Es
más importante extraer conocimiento de cualquier fuente posible, o respetar el
orden natural establecido? ¿La ciencia es restringida por la ética, o es lo que
la mantiene dentro de los parámetros de la moral? ¿Nos corresponde, como humanos, jugar un papel de co-creador? ¿ es posible traer lo utópico a nuestra realidad?
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